INTUIDAD, DURABILIDAD, RESPETO, AMOR Y MUCHO TRABAJO: LAS CLAVES DE NUESTRO NACIMIENTO Y EL SECRETO DE NUESTRO ÉXITO
La empresa Ittica Capri es el resultado del progreso continuo realizado durante décadas de historia laboral, una historia marcada por el entusiasmo y la tradición cultivada por la familia Stinga.
A partir de los años de la posguerra, Enrico Stinga, pescador de Capri y hombre de gran experiencia, cuya pasión y dedicación lo acompañaron durante toda su vida, se dedicó a pescar en el mar de la isla de Capri. Enrico llenó cestas enteras de pescado que su esposa Liberata, del puerto de Marina Grande, subió al pueblo a vender. Este trabajo, en parte por placer, en parte por necesidad, pasó luego a los hijos, algunos de los cuales tomaron la herencia.
Posteriormente uno de los hijos, Antonio Stinga, abrió en 1978 la que entonces era la primera lonja de pescado de Anacapri, “Il Pesce d’Oro”. El negocio fue un gran éxito que permitió a Antonio dar un paso adelante con la apertura de dos nuevas pescaderías. Un progreso cada vez mayor gracias también a la incorporación de Tonino Gargiulo, que enriqueció la empresa con sus habilidades administrativas durante muchos años.
A lo largo del tiempo, la empresa ha experimentado varios e innumerables cambios que la han hecho cambiar su estructura corporativa y expandir su negocio. De padre a hijo pez Capri siempre ha quedado en manos de la familia Stinga, con el ingreso de su hijo Enrico Stinga a lo largo del tiempo la empresa ha sufrido varios e innumerables cambios que han hecho cambiar la estructura societaria y expandir el negocio. el contexto de la isla. Hoy la nueva estructura de más de 500 metros cuadrados está destinada exclusivamente a la venta al por mayor con un desarrollo en el mercado nacional e internacional pero sin olvidar el legado de los valores originales.